En el día de ayer volvieron los cortes de luz que poco extrañábamos de los veranos
anteriores. El apagón masivo afectó la zona de la Capital Federal, así como también a
distintas localidades del conurbano, dejando a más de 700 mil usuarios sin servicio en plena
ola de calor.
Los cortes de luz y agua en temporada de verano se han vuelto un triste clásico de los
veranos argentinos. Gobierno a gobierno las empresas prestadoras del servicio son
beneficiadas con importantes subsidios destinados a cubrir los ‘gastos’ pero que jamás se
ven plasmados en el mejoramiento del servicio, todo lo contrario, únicamente sirven para
ampliar las ganancias ya multimillonarias de estos gigantes monopólicos.
Las familias de la Argentina pagan año tras año por un servicio elemental que debería ser
un derecho, el cuál tuvo un aumento de más de 3000% a lo largo del gobierno de Mauricio
Macri, por supuesto, sin mejoras y teniendo el apagón más grande el 16 de Junio de 2019
cuando el país entero se vio privado de suministro eléctrico.
Este no es el primer apagón del 2022, el pasado 4 de enero más de 18.000 hogares se
vieron afectados por cortes según los informes del Ente Nacional Regulador de la
Electricidad (ENRE) y todo indica que a medida que se transite esta ola de calor volverán a
ocurrir.
En este escenario, el gobierno de Alberto Fernandez, lejos de retrotraer los tarifazos
impagables de los servicios durante el gobierno de Mauricio Macri, habilitará aumentos de
entre el 17% y 20% para las tarifas de gas y luz después de finalizados los consumos de
Enero de este año. Este nuevo tarifazo se verá en las facturas de Marzo y Abril, dejando en
claro, la continuidad del ajuste y la priorización del bolsillo de las empresas prestadoras del
servicio.
La responsabilidad de prestar el servicio por parte de empresas privadas es una de las
herencia del menemismo que sostuvieron los gobiernos que lo sucedieron, garantizando de
esta manera, las ganancias millonarias para las empresas. Así, los subsidios funcionan
como una garantía contra las pérdidas de estas empresas que no se tienen que preocupar
por brindar un mejor servicio ya que acaparan completamente el mercado de prestación de
suministro eléctrico logrando que por más disconforme que se encuentren sus clientes estos
no puedan cambiar de prestador. El gobierno de Alberto Fernandez continua por este
mismo camino heredado con el aval del sector privado, el FMI y todo el arco político
cómplice que calla ante las políticas antiobreras del gobierno mientras la clase trabajadora
sigue sufriendo el ajuste.
¿Qué proponemos lxs comunistas?
Tenemos en claro que la única manera en que mejorarán estas empresas (y tantas otras
como servicios de transporte) es mediante un control de los trabajadores lo que,
indudablemente, bajará costos y aumentará su rendimiento, pues no tendrán como objetivo
el del beneficio personal sobre las necesidades del pueblo. Por supuesto sabemos que el
actual gobierno es incapaz de tomar medidas de corte expropiatoria, la reciente historia de
Vicentin lo demuestra. Vayamos un poco más lejos aún ¿de qué serviría que al Estado
burgués neoliberal haga para sí este tipo de empresas?
El que piense que se verían reflejados beneficios importantes es meramente un ingenuo
pues, otra vez, acá pesa el beneficio personal y la acumulación de capital por sobre todas
las cosas
Experiencias socialistas
Repetiremos: La única solución es el control estatal, si, pero del Estado Socialista de los trabajadores. Ejemplo de grandes rendimientos los tenemos en la historia: En la Rusia Zarista la electricidad era casi un mito que existía únicamente en pocas ciudades. Tras la Revolución de Octubre Lenin entendió que el apartado eléctrico era vital para la construcción de la revolución. “El comunismo es el poder soviético más la electrificación de todo el país, ya que la industria no puede desarrollarse sin electrificación» Exclamaba Vladimir Lenin en la prematura vida de la URSS.
Así se estableció el plan GOELRO (Comisión Estatal para la Electrificación de Rusia) que tenía como objetivo llevar la electricidad a toda la Rusia atrasada. El plan tuvo los siguientes resultados
Estos claros beneficios para la madre de las revoluciones no supuso en ninguna instancia un problema de bolsillos para los trabajadores soviéticos ya que del sueldo de un trabajador que oscilaba 120 a 150 rublos ( El sueldo de un trabajador soviético seguía un patrón determinado. Partiendo de un salario base, a este se le añadía una remuneración extra, si el trabajador sobrepasaba una cuota fijada, el salario se duplicaba si se superaba en un 10% dicha cuota, se triplicaba si se superaba en un 20%, y así sucesivamente) solo pagaban, para 1977, ¡4 sencillos rublos!
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